PERDER LA VIRGINIDAD DUELE
Esta es la triste realidad: perder la virginidad (entendida como "himen") duele. No duele un poquito sino que duele muchísimo. No duele la primera vez, sino que duele en cada una de las primeras veces hasta que todo el himen ha desaparecido, ya que perder la virginidad es un proceso . La web está plagada de información sobre que la primera vez no duele y que si duele se debe a falta de lubricación o problemas psicológicos. Esto no es así; el himen es un anillo de carne, de tu propia carne, y cuando nos hacemos un desgarro lo normal es que nos duela. La lubricación no facilita la penetración en el caso de una chica virgen, puesto que l a dificultad de penetración es mecánica y el himen no debe lubricarse, sino que debe romperse . Las novelas románticas y eróticas están sembradas de escenas en las que la chica pierde su virginidad con un leve dolor (o ninguno) y termina el acto inundada de placer. No es posible sentir placer mientras la carne de la zona genital se desgarr